Empresa
Cuando el cine sin palabras, recurria al lenguaje musical para lograr el objetivo que, quizás, aún no podía conseguir sólo con la imagen. En el caso del Centro de Coordinación Industrial, no se trata de perfeccionar lo realizado, sino más bien de buscar la manera de comunicarlo.
Únicamente de la íntima colaboración de la música me fiaría para descubrir la sutilidad que hay en la realidad, como ocurre en algunos edificios creados. No existe contiinente y contenido: todo foma parte del concepto esencial que nos absorbe desde el mismo momeno que ponemos el pie en la puerta. Cada uno de los elementos se estructura de forma que han surgido muchos todos en un recorrido lleno de perspectivas diferentes y complementarias.
Dice el creador de esta experiencia que la historia sólo se cree si se vé. Y tiene razón: hay que ir, pasar el umbral y empaparse de sensibilidad y materia.